sábado, 30 de noviembre de 2013

ENCUENTRO INESPERADO X-II-VII


Hoy andaba por la calle cuando me crucé con Épafo y me dijo:



-Eres un insensato por creerte todo lo que tu madre te cuenta- me dijo- te enorgulleces de un padre que no es el tuyo ¿Qué pruebas tienes para desmentirme?

Me callé avergonzado y colérico a la vez pero me reprimí y acudí a mi madre a narrarle la afrenta recibida:

-No puedo desmentir lo que dice- le dije- Si es verdad que mi padre es el Sol, dame una prueba de ello. ¡Demuestra que pertenezco al cielo! 
Mi madre, conmovida, alzó los brazos y miró los rayos resplandecientes y me dijo:

-Juro, hijo mío, que has sido engendrado por ese astro que todo lo gobierna. ¡Si es falso lo que digo, que esta luz me ciegue y que estos rayos sean los últimos que vea! Y no será difícil para ti llegar hasta tu padre y salir de dudas. La mansión de la que él sale es contigua a nuestro país. ¡Ve y pregúntaselo!

No dudé un instante. Abracé a mi madre, alegre y ligero y decidí ir a planear la visita de mañana al palacio del Sol, al palacio de mi padre.




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